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BASES DE LA ESCRITURA ACADÉMICA Y CIENTÍFICA

Proceso

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Para poder ejemplificar las bases de la escritura académica a continuación veremos los pasos que todo texto cientifico deberia seguir para su correspondoiente escritura. Pasra esto usaremos como ejemplo  la escritura de un artículo científico. Veamos la estructura de un artículo científico en el sihuiente video.


 A. BIBLIOGRAFIA Y SELECCIÓN DE TEMÁTICA

El primer paso es  la preparación del texto a escribir. Para esto lo primero es  realizar una busqueda bibliográfica. Los pasos más importantes para realizar una buena recolección bibliografica se muestran a continuación.

1. Empieza delimitando lo que realmente necesitas buscar
No es lo mismo buscar sobre aves que sobre la cría cooperativa del rabilargo (Cyanopica cyanus) en las dehesas extremeñas de la comarca del Jerte. La cantidad de resultados de la primera búsqueda sería abrumadora, mientras que recopilar información sobre la segunda temática nos ahorraría multitud de artículos, webs y libros que hojear. Trata de ser todo lo conciso posible. Si te pasas, siempre puedes ampliar el campo de búsqueda y estarás perdiendo menos tiempo que si tienes que acotar entre toda la información que ya has recopilado.

2. Establece el nivel de detalle que necesitas
No es necesaria la misma cantidad ni la misma calidad de la información que necesitas para realizar un trabajo de biología en el instituto que para publicar un artículo científico en Nature o para realizar un informe ambiental para cualquier entidad. Y no van a requerir ni el mismo nivel de exhaustividad ni la misma dedicación.

Bien es cierto que en estos casos es mejor pecar por exceso que por defecto y ante la duda es mejor que hagas una búsqueda «demasiado buena» a no un trabajo mediocre. Sin embargo, una búsqueda bibliográfica intensa puede consumirte muchas muchas horas: no sólo es encontrar la información, es leerla, procesarla y prepararla para introducirla en el trabajo o el documento que estés realizando. ¿Para qué echarle tres días de trabajo si lo que te piden se puede realizar perfectamente en una tarde?

Pese a todo, tengo una mala noticia para ti. Cuanto más avances en tu formación y cuanto más te acerques al ámbito académico y de investigación, más y más complejas, largas y difíciles se volverán tus búsquedas de información. Pero no te creas, fuera del ámbito universitario también tendrás que realizar muchos documentos y emplearás distintas metodologías que harán que tengas que manejarte con soltura en esto de buscar información, aunque normalmente no se lleguen a los niveles de la investigación científica.

¿Pero qué herramientas uso?
Pues como siempre suele ocurrir cuando hablamos de técnicas, cada maestrillo tiene su librillo. Hay muchas formas de buscar información ahí fuera, usando distintas páginas, programas o libros (sí, también se siguen usando hoy en día :P). Así que yo te voy a hablar de las que me resultan más útiles a mí, las que yo empleo en mi día a día. Estáte atento 😉

3. El buscador es tu amigo
Si no tienes ni repajolera idea de un tema y quieres hacerte con una visión general lo mejor es realizar una búsqueda rápida en Internet. Google, DuckDuckGo o Wolfram Alpha (aunque este último no es un buscador al uso) pueden servirte de punto de partida. La Wikipedia puede ser una buena manera de adquirir algunas nociones generales. Suele estar bastante actualizada y la calidad de sus artículos es, en general, buena. Además suele incorporar algunas citas, que podrían servirte para descubrir otras publicaciones a las que puedes acudir buscando ampliar la información.

Esta es una buena opción para trabajos escolares o universitarios a nivel muy básico. Pero debes tener en cuenta que siempre vas a tener que apoyar la discusión de tus resultados, la metodología o la introducción de tu trabajo en publicaciones anteriores. Y si es a nivel científico se va a ser casi indispensable que sean de revistas incluidas en el JCR y con revisión por pares. Así que, si el trabajo requiere un mínimo de seriedad, NUNCA uses la Wikipedia a modo de referencia bibliográfica. Y lo mismo te digo para cualquier otra página web (incluida esta :P). Sólo fuentes contrastadas en publicaciones oficiales y/o serias.

4. Explora Google Scholar
Todo el mundo sabe que Google es especialistas en buscar información. Es el buscador por excelencia, hasta tal punto que mucha gente lo identifica con Internet mismo y lo usa como puerta para asomarse a la Red. Y desde luego que Google sabe de ciencia. Tanto que tiene su propio buscador específico: Google Académico (O Scholar, según los países).

Google Scholar
Éste va a ser uno de tus grandes aliados en lo que a búsquedas bibliográficas se refiere. Familiarízate con él 😉
Su manejo es extremadamente simple. Puedes hacer una búsqueda simple poniendo los temas que te interesan y te sacará un listado de artículos científicos en los que aparecen eso términos. Posteriormente puedes filtrar los resultados por año, por relevancia, por idioma…

Pero también puedes hacer búsquedas más complejas: por título, por autor, por año, por revista… Todo en unos pocos clics y con enlaces a los artículos en sus respectivas revistas (a los que podrás acceder si estás suscrito a la revistas o si ese artículo está publicado en abierto). Si no tienes acceso tú, siempre puedes echar un ojo a la web de tu universidad, que suelen estar suscritas a muchas revistas. Y si no, siempre hay otros métodos para conseguir artículos.

Si usas Google Scholar debes asegurarte que el artículo que consigues es la última versión, ya que a veces enlazan a manuscritos sin revisar ni corregir. Así que debes tener ojo con lo que te bajas 😉

Es una herramienta muy potente que no tiene nada que envidiar a otras bases de datos que requieren de una cuenta institucional para acceder a ellos. Además puedes crear alertas personalizadas para que te envíen todas las nuevas publicaciones sobre un determinado tema, un determinado autor… así como seleccionar la frecuencia con la que las recibes.

5. Usa el acceso de tu universidad
Normalmente las universidades suelen estar suscritas a determinadas revistas y a determinadas bases de datos bibliográficas, como pueden ser Web of Science o Scopus. Yo casi siempre he trabajado con la primera, aunque creo que ahora se empieza a usar más la segunda. El funcionamiento es similar al de Google Scholar. Puedes buscar por palabras, autor, año, revista, etc. y también colocar alertas para cada vez que un artículo cumple las condiciones de búsqueda que has establecido.

Con frecuencia los resultados siempre apuntan a la revista donde se ha publicado, aunque también puede hacerlo al servicio que almacena los PDF’s, que no tiene por que ser la misma página de la revista, como es el caso de Jstor. Si tu universidad está suscrita a esas revistas y/o servicios, podrás descargalos directamente. Si no, te tocará buscarlos por otro lado 😛

6. Usa la biblioteca de tu universidad o grupo de investigación
¿Una biblioteca física en este mundo digital? Pues sí, las bibliotecas siguen siendo esos templos del saber analógico, donde es probable que haya ejemplares físicos de alguna de las revistas que te interesen. Muchos grupos de investigación también se suscriben para recibir revistas físicas (aunque cada vez menos). Pero si lo que estás buscando es información en libros, este va a ser tu sitio.

Normalmente no es fácil acceder a los libros online, así que darse un paseo de cuando en cuando por la biblioteca te puede ayudar a recopilar mucha información de calidad. Y gratis. Además, nunca está de más desempolvar las técnicas de búsqueda tradicionales, sin necesidad de recurrir al socorrido ctrl+F para buscar en una página web .


A continuación el siguiente video aportará a entender mejor este proceso desde la opinión de un experto.



TAREA:

INSERTA EN EL SIGUIENTE LINK UNA PROPUESTA PARA ESCRIBIR UN ARTICULO CIENTIFICO TOMANDO EN CUENTA LOS PARAMETROS VISTOS ANTERIORMENTE.


TU IDEA DE INVESTIGACIÓN AQUÍ...


B. PLANIFICACIÓN DE LA ESCRITURA DE UN ARTÍCULO CIENTÍFICO


CONSIDERACIONES INICIALES

La investigación que se ha realizado es para el autor, sin duda alguna, de suma importancia y debería ser leída por una audiencia lo más amplia posible. Afortunadamente, hoy día hay tantas revistas médicas que la posibilidad de que un trabajo no sea publicado en algún lugar es francamente pequeña. Sin embargo, el manuscrito debe elaborarse de forma apropiada y presentarse intentando ajustarse a los mejores estándares. En realidad, todos los trabajos deben elaborarse de una forma similar, aunque hay algunas notables excepciones, como puede ser el formato utilizado en la revista Nature.

En cualquier caso, antes de sentarse a escribir, el presunto autor debería haber intentado contestar las siguientes preguntas básicas:

1. ¿Qué tengo que decir?, es decir: tener claro el mensaje que se quiere transmitir con el manuscrito. La probabilidad de que una investigación resulte en un artículo con un mensaje preciso depende más de cómo el proyecto fue decidido, planeado y llevado a cabo que de lo bien escrito que esté el artículo. Sin embargo, una investigación bien concebida y ejecutada no siempre conduce a una respuesta importante para muchos lectores.

2. ¿Vale la pena el artículo? En general, ilustra sobre los factores que determinan la probabilidad de aceptación de un artículo en caso de escribirse: la originalidad y la importancia de su mensaje para la literatura medico sanitaria en general o en determinados sectores. La aceptación, a menudo, depende de que su mensaje sea nuevo. Aun cuando el mensaje no sea nuevo también tendrá posibilidad de publicarse si confirma o amplía información previa. Con el objetivo de determinar su trascendencia, frecuentemente se aplica la prueba de qué pasaría si el mensaje del artículo es correcto.

3. ¿No habré publicado esto antes? Debería evitarse la publicación múltiple, esto es, presentar temas ya aceptados con anterioridad (ética de la comunicación científica). Cada artículo debería contener un mensaje claro para una audiencia particular. Si los distintos hallazgos que se pretenden separar en diferentes publicaciones conforman un único mensaje entonces deberían presentarse en un único trabajo. Si esos hallazgos son planteables bajo distintas perspectivas y proporcionan mensajes distintos estaría justificada su publicación en varios artículos.

4. ¿Cuál es el formato adecuado? El propio mensaje y los datos aportados como evidencia sugieren el formato adecuado, es decir, la estructura del manuscrito. Además del artículo de investigación (original), la información también puede publicarse según otros formatos, como caso clínico, artículo de revisión, cartas al editor, editoriales o comunicaciones breves.

5. ¿Quiénes son los lectores de ese mensaje? Las publicaciones son leídas por personas que buscan respuestas a preguntas concretas. Se debe considerar a quién interesará el mensaje del artículo propuesto, quiénes aprovecharán la respuesta que el artículo ofrece a la cuestión que se plantea. Es importante diferenciar entre la audiencia probable y la audiencia que el autor piensa que "necesita" el artículo. Si se sobrevalora la audiencia probable se efectuará una mala elección.

6. ¿Cuál es la revista adecuada? Incluso dentro de una misma disciplina científica las revistas son muy distintas entre sí. Difieren en sus propósitos, el equilibrio de los temas que tratan, la diversidad de los formatos y la proporción entre artículos de investigación y artículos de síntesis: revisiones/editoriales. Se debería establecer un listado de revistas convenientes, lo bastante corto para que a cada una de las opciones se le pudieran aplicar las preguntas que se presentan en la tabla 1.


Estructura de un manuscrito científico

El objetivo de publicar un trabajo científico es que sea capaz de generar un documento que contenga suficiente información que permita a los lectores: a) apreciar las observaciones efectuadas; b) repetir el experimento, si lo desean, y c) determinar si las conclusiones alcanzadas son justificables en función de los datos.

Los lectores esperan leer y tener conocimiento de la investigación en la misma secuencia en que se realizó. Los artículos escritos con claridad emplean una secuencia narrativa para exponer la "historia" de la investigación. La estructura básica de un artículo puede resumirse en el acrónimo IMRYD que proviene de: introducción (¿qué pregunta fue planteada?), métodos (¿cómo fue estudiada?), resultados (¿qué se encontró?) y discusión (¿qué significan los hallazgos?)

Una regla básica antes de iniciar la escritura del futuro manuscrito consiste en efectuar la lectura de las instrucciones a los autores (normas de publicación) que la revista elegida plantea. No es infrecuente olvidarlo, pero es una pérdida de tiempo, por ejemplo, escribir una introducción de 300 palabras cuando la revista tiene como límite para todo el artículo un máximo de 500 palabras.


A continuación veremos algunos tips de como armar y escribir el marco teorico de una tesis doctoral. Estos principios se deberían poder aplicar a un articulo cientifico y cualquier otro documento científico.




TAREA:

INSERTA EN EL SIGUIENTE LINK EL ESQUEMA ESTRUCTURAL QUE  TENDRÍA LA TEMÁTICA QUE ESCOGISTE EN EL PASO ANTERIOR.


EL ESQUEMA DE TU ARTÍCULO AQUÍ

C. EDICIÓN Y ESTILO

La edición de un texto se debe realizar a través, de la revisión de la  cohesión entre la gramática y la terminología a usarse. Desde la perspectiva de la planificación del texto. El siguiente video nos dará mayores luces al respecto.

TAREA:

Inserte en el siguiente link  los borradores que tomen la escritura de su artículo.


LOS BORRADORES AQUÍ

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